Publicado el may 17, 2014 | 0 comentarios

La asignación de un titulo es un momento relevante en el proceso de creación de cada una de les obras de Laura Roca. Así pues, si en el título de la exposición y en una decena de las obras que en ella se muestran, figura la palabra sombra, hemos de deducir que, sin duda, la presencia de la sombra es un componente esencial en el trabajo reciente de la artista a la vez que una clave de interpretación retrospectiva del conjunto de su dilatada trayectoria. No es un tema intranscendente, si tenemos en cuenta la importancia fundamental de la sombra en la historia del arte, donde tiene un papel protagonista, tanto en la reflexión platónica sobre la imagen como en los mitos sobre el origen de la pintura y las artes plásticas, narrados por Plinio.

La técnica fotográfica aportó otra manera de fijar la sombra, efímera y evanescente, la cual, según el mito, estuvo en el origen de la pintura. Por otra parte, Proust estableció ya una relación entre el registro fotográfico y el matizado esfuerzo de Elstir, pintor impresionista imaginario, por captar las sutiles variaciones paisajísticas de luces y sombras. A lo largo de estos últimos años de fascinación por la sombra, Laura Roca no ha rehuído la fotografía, aunque tampoco ha olvidado nunca su vocación pictórica sustentada en un conocimiento sólido de las técnicas del grabado que muy a menudo afloran en sus obras.

Las fotografías de sombras de Laura Roca ponen de manifiesto que su interés no radica en la sombra proyectada ni en el objeto causante de la misma, sino en la textura de la superficie que acoge la sombra, en la manera en que la sombra se integra en su relieve. Estas fotografías se presentan como un mosaico de fotogramas no consecutivos de una película imaginaria (“Mapa d’ombres”), sirven de modelo para una composición de dibujos que conforman una “Terra de signes”, o constituyen la base para una posterior manipulación con grattage y pintura (en la serie “Ombra il·lustrada”).

En este último procedimiento reconocemos el rasgo distintivo del trabajo más profundo e intenso de la artista, según el cual la sombra nos remite, en palabras de Marguerite Duras, a la ”sombra interior”, a la sombra como entitad negativa relacionada con la ausencia, el olvido, lo desconocido. A las zonas de sombra incrustadas en la biografía, que encuentran en los estratos geológicos una metáfora inscrita en la geografía. El trabajo per capas sucesivas que se superponen y posteriormente se modelan con diferentes técnicas da como resultado obras sutilmente volumétricas, con sombras propias que conviven con zonas luminosas, obras que nos invitan a mirar en profundidad y solicitan por parte del espectador un ejercicio perceptivo e introspectivo que aporta luz a su propio mundo interior.

Ramón Espelt

Profesor y escritor

Texto escrito por Ramón Espelt, con motivo de la exposición “Jocs d’ombra” en la galería ART 7  (Manresa, junio 2011).

Díptic de la exposició:

Una de les sales: